Hola viajer@s!!!
En el día de hoy os traemos una nueva publicación en nuestro blog de viajes. En esta ocasión, os detallamos nuestra visita al impresionante y sublime yacimiento arqueológico de Hierápolis, antigua ciudad balneario romana y posteriormente bizantina.
En una de nuestras rutas en autocaravana por Turquía, visitamos la parte occidental de la inmensa región de Anatolia.

La visita al impresionante yacimiento arqueológico de Hierápolis, es una de las mejores experiencias que puedes realizar en toda Turquía, ya que podemos decir, que es una experiencia completa. La entrada da acceso a los impresionantes y extraordinarios travertinos de Pamukkale, además de acceder a las preciosas y evocadoras ruinas de Hierápolis.
Así que nuestra recomendación es que accedas temprano a todo el recinto y así poder disfrutar de un día completo en esta auténtica maravilla.

En anteriores publicaciones, en nuestro blog de viajes, ya os describimos la inolvidable visita a las pozas de travertino de Pamukkale, en esta ocasión os detallamos nuestra visita a las magníficas ruinas de esta antigua ciudad balneario romana, que no te dejará indiferente.

Las ruinas de Hierápolis, la ciudad balneario romana y bizantina, nos recuerdan y nos trasladan a la antigüedad, a una época donde convivían en total armonía y convivencia pacífica, entre sus diversos habitantes y culturas, ya que en la antigüedad, la ciudad de Hierápolis fue habitada por griegos, romanos, judíos, paganos y cristianos, en el mismo momento y coexistían en una paz absoluta.
Esta urbe balneario, fue fundada por Eumenes II, rey de Pérgamo, en el año 190 a. C. La época de mayor esplendor de Hierápolis, llegó con los romanos y más aún con los bizantinos, donde su población mayoritaria estaba formada por cristianos ortodoxos y comunidades judías.

Finalmente, la ciudad de Hierápolis, fue abandonada en el año 1.334, tras un poderoso y destructivo terremoto, que tuvo consecuencias catastróficas.
En todo este yacimiento arqueológico de Hierápolis, podemos disfrutar de un recinto sublime y refinado, incluso más que en la famosa Éfeso. Caminos asfaltados, setos bien cortados, paisajes llenos de flores, pasarelas de madera y hasta bancos con sombra confirman esta afirmación.


Nuestra visita al yacimiento arqueológico de Hierápolis, la realizamos tras nuestra subida a través de las impresionantes pozas y terrazas de travertino de Pamukkale, por la llamada Puerta del Medio, que se encuentra en la base de las espectaculares terrazas. Nuestra visita por los travertinos ya os la describimos en la publicación referente a la visita de Pamukkale, que podéis encontrar en nuestro blog de viajes, así que, vamos a pasar por alto la descripción de las terrazas de travertino en esta publicación.

Tan sólo recordamos, que como ya dijimos anteriormente, la entrada da acceso a todo el recinto, incluidas la ruinas de Hierápolis, así que recomendamos llegar temprano, ya que puedes permanecer todo el día visitando las terrazas y pozas de Pamukkale y el yacimiento arqueológico de Hierápolis.
Después de subir por las pozas de travertino ya nos encontramos en esta antigua ciudad balneario, nos dirigimos a la derecha, para comenzar la visita a las evocadoras ruinas de Hierápolis.

Comenzamos la visita, dejando la vista del Museo Arqueológico de Hierápolis para más tarde, al igual que la visita y disfrute en la llamada, Antigua Piscina, donde pagando un extra, podemos bañarnos y sumergirnos en una extraordinaria antigua piscina, con aguas termales y con columnas y frisos romanos sumergidos. Es una experiencia increíble!!! Esta visita, también os la describimos en la anterior publicación que realizamos de Pamukkale.

Dejando el Museo y la Antigua Piscina para más adelante, las primeras ruinas que nos encontramos en nuestro camino hacia la Puerta Bizantina, son el antiguo Gimnasio, con columnas dóricas y construido en el siglo I. El Gimnasio era uno de los edificios más importantes en la ciudad balneario de Hierápolis. El Gimnasio, fue uno de los edificios que se derrumbó con un terremoto en el siglo VII.
Después de la vista del Gimnasio, continuamos hasta las ruinas de la Puerta Bizantina, construida en el siglo V y realizada con bloques de travertino, mármol y otros materiales. En este punto es donde se sitúa la llamada Puerta Sur, uno de los accesos a todo el recinto de Pamukkale.

Ahora, toca volver sobre nuestros pasos, volvemos a pasar por las columnas del Gimnasio para dirigirnos a nuestra siguiente visita del yacimiento de Hierápolis, que se encuentra al lado de la Antigua Piscina.
Desde el Gimnasio seguimos recto y nos encontramos con los cimientos del Templo de Apolo.
Como en las antiguas Dídima, también en Turquía, y la mítica Delfos, en Grecia, los sacerdotes del Templo de Apolo, eran eunucos y eran los que se ocupaban del oráculo del templo. Este poder del oráculo, aquí en Hierápolis, procedía de un cercano manantial llamado Plutonio, en honor al dios del Inframundo, Plutón.

Se cree que sólo los sacerdotes, conocían el secreto de aguantar la respiración para evitar la toxicidad de los humos y gases que supuestamente provenían del Hades, el Inframundo. Estos gases tóxicos mataban inmediatamente a los pequeños pequeños animales y pájaros que se ofrecían en sacrificio.
Después de la visita a los cimientos del Templo de Apolo, a pocos pasos hacia arriba, nos encontramos con una de las visitas estrella del yacimiento arqueológico de Hierápolis, el Teatro Romano.

El Teatro Romano fue construido por los emperadores romanos Adriano y Septimo Severo. Tenía un aforo para 12.000 espectadores. Hoy en día, podemos disfrutar de este bonito teatro, ya que se conserva gran parte del escenario, además de algunos paneles decorativos y de los asientos del palco de primera fila, desde su Cávea, sus gradas, podemos admirar esta preciosa instantánea.


A continuación de la vista al maravilloso Teatro Romano, ponemos rumbo, a través de unos caminos, a un lugar no tan visitado de la antigua ciudad balneario de Hierápolis pero completamente fascinante, visitamos el Martyrium de san Felipe el Apóstol.

El Martyrium de san Felipe, es una estructura octogonal donde se supone que fue martirizado san Felipe. Podemos ver arcos que formaban ocho capillas, cada uno de estos arcos tienen marcada una cruz y tenían originariamente interiores heptagonales.
Diversos relatos que proceden de fuentes antiguas, no aclaran del todo de que san Felipe se trata, la mayoría creen que se trata del Apóstol, que fue colgado boca abajo después de retar a unos ciudadanos paganos que eran devotos de las serpientes.

Una historia apócrifa indica que con la muerte del Apóstol san Felipe, se abrió un abismo en la tierra y engulló al procónsul romano, a los paganos devotos de las serpientes, su templo y hasta a 7.000 curiosos.
El cadáver de san Felipe fue hallado a 40 metros, en una estructura bizantina que fue excavada por arqueólogos italianos en el año 2011. Ésto reavivó el interés en la antigua Hierápolis. Como se sabe que el edificio del Martyrium sufrió daños tras un incendio en el siglo V, es muy probable que tras este hecho, el cadáver del santo, fuera exhumado y trasladado desde allí.

Tras esta interesante e histórica visita al Martyrium de san Felipe, nos dirigimos en dirección oeste, a través de un irregular sendero, con unas vistas fantásticas de todo el yacimiento arqueológico y de las llanuras circundantes.
Continuamos nuestro recorrido hasta llegar a las ruinas del antiguo Teatro Helénico, situado por encima del Ágora del siglo II. Este teatro es uno de los más grandes jamás descubiertos. Estaba rodeado de pórticos de mármol con columnas jónicas en tres de sus lados y una Basílica en el cuarto lado.

Después, a través de un camino, llegamos al Ágora, desde allí volvemos al sendero principal, giramos a la derecha por la llamada calle Frontinus, que conserva pavimentos y columnas originales. En su época, era la avenida comercial principal de la ciudad de Hierápolis, sus dos extremos, se encontraban cerrados por arcos monumentales.

El Arco de Domiciano, hoy en día en ruinas, como sus dos torres gemelas, está en el extremo norte. Justo antes de llegar al Arco de Domiciano, se sitúa el enorme edificio de las Letrinas que tiene canalizaciones en el suelo, una para las aguas fecales y otra para el agua potable.

A continuación del Arco de Domiciano, están las ruinas de las Termas Romanas y todavía más allá, a través de una calzada tipo Vía Appia que va hacia la Puerta Norte del yacimiento, varios kilómetros más hacia el norte, se encuentra la Necrópolis.


Ahora toca volver a tomar dirección hacia el principio de nuestra visita, donde se sitúa el magnífico Museo Arqueológico de Hierápolis, ubicado en los antiguos Baños Romanos, en el que se exhiben espectaculares sarcófagos del próximo yacimiento de Laodicea (que os traeremos una publicación próximamente de nuestra visita a Laodicea), joyas, lámparas de aceite y sellos de Hierápolis. En la tercera sala de este interesante museo, se encuentra una esfinge que vigila la muestra de frisos y estatuas romanas del cercano Teatro Romano.

Después de esta visita del Museo Arqueológico de Hierápolis, os recomendamos acercaros a la Antigua Piscina y disfrutar de un delicioso y evocador baño en sus aguas termales, apoyaros en alguna de sus columnas romanas sumergidas, para prepararos para dejar este extraordinario yacimiento de Hierápolis, volviendo a disfrutar a la salida, de las mágicas y maravillosas pozas y terrazas de travertino de Pamukkale, ahora, en este momento del día, bañadas por una preciosa luz anaranjada del mágico atardecer.


La preciosa puesta que el sol nos brinda para despedirnos de uno de los lugares más espectaculares y extraordinarios del Mundo.

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